Nueva agresión imperialista contra Costa de Marfil
Por José Herrera
Costa de Marfil celebro sus primeras elecciones como país independiente en 1960, año en que se liberó del dominio francés. Félix Houphouet-Boigny fue su primer presidente y ostentó el cargo hasta el 7 de diciembre de 1993, día en que murió (Véase “Félix Houphouet-Boigny”, Wikipedia http://bit.ly/f8K67y)
Luego del fallecimiento de Houphouet-Boigny la presidencia fue ocupada por el entonces diputado, Henri Konan Bédié, quien se mantuvo en el poder hasta que el 7 de agosto de 1999, la junta militar encabezada por el general Robert Guéï lo derrocó mediante un Golpe de Estado (Véase “Costa de Marfil”, Wikipediahttp://bit.ly/9rSn9t)
El general Guéï, hombre de todas las confianzas de Estados Unidos y Francia, pretendió eternizarse en el poder como sus antecesores. Sin embargo, la difícil situación económica del país y el poco apoyo popular del que gozaba lo forzaron a realizar elecciones.
La contienda electoral fue ganada por un añejo activista liberal de nombre Laurent Gbagbo, pero el general Guéï no reconoció su triunfo, situación que desencadenó un levantamiento popular que terminó por destituirlo y Gbagbo arribó al poder.
El nuevo presidente no recibió el visto bueno de Washington y París quienes inmediatamente lo tacharon de “dictador populista”. Y como esos “paladines de la democracia” están siempre prestos para ayudar a los pueblos necesitados, decidieron darle un Golpe de Estado.
En la intentona golpista participaron altos mandos del ejército marfileño y civiles de renombre como, por ejemplo, Alassane Ouattara, un ex empleado del Fondo Monetario Internacional (FMI) (Véase “Alassane Ouattara”, Wikipediahttp://bit.ly/h6qf8t).
Debido a que Gbagbo contaba con un amplio respaldo popular los golpistas desataron una guerra civil. Al principio parecía que el conflicto armado sería de breve duración porque las fuerzas leales al presidente Gbagbo estaban apaleando a los golpistas. Pero Francia, con el aval de la ONU -es decir Estados Unidos-, invadió Costa de Marfil “para detener la guerra” y forzó una tregua que fue firmada en 2003.
Una vez conseguido el cese al fuego, París y Washington armaron a los “rebeldes”- sí, también a los golpistas marfileños les dicen rebeldes-, les brindaron apoyo logístico y en septiembre de 2004 los alzados rompieron la tregua.
Solicitarle a un presidente que en mitad de una guerra civil realice “elecciones libres” debería considerarse un chiste de mal gusto. Pero no fue ningún un chascarrillo cuando la putrefacta ONU comenzó a presionar al Gobierno de Gbagbo para que realizara elecciones, acusándolo de no ser un demócrata. Fueron años de hostigamiento hasta que en 2010 el Gobierno marfileño cedió y anunció la realización de la justa electoral.
¿Además de Gbagbo quién más participó en la contienda?
Si alguien pensó en Alassane Ouattara acertó.
Las elecciones se llevaron a cabo el domingo 31 de octubre de 2010 y medios de comunicación como Euro News reportaron una “jornada tranquila” (Véase Euro News “ Elecciones en Paz en Costa de Marfil”, 1 de noviembre de 2010 http://bit.ly/9NWdyl).
Pasada la elección hubo muchas impugnaciones, por parte de ambos contendientes, así que el Consejo Constitucional de la República, por ley, analizó el proceso y en diciembre, menos de dos meses después de concluido la elección, determinó invalidar 500.000 mil votos pro-Ouattara y declaró vencedor a Gbagbo.
Por supuesto los imperialistas no aceptaron el fallo y una “Comisión Electoral Independiente” declaró a Alassane Ouattara ganador de la elección presidencial.
Si la ONU no fuese el estercolero que es, no hubiese intervenido. Pero como es una organismo putrefacto dominado por los cinco países más industrializados del planeta, sobre todo por EE.UU., reconoció a Alassane Ouattara como presidente “legítimo” de Costa de Marfil.
Ante la incapacidad de los golpistas marfileños para tirar a Gbagbo, Francia, apoyada por Estados Unidos, decidió despeñar al Gobierno legítimo de Costa de Marfil y para alcanzar su objetivo reforzó las tropas que tenia en ese país. Así, pues, el ejército francés no ha parado de bombardear aquella nación durante los últimos días, los bombardeos han incluido, no podría esperarse más de los franceses, el palacio presidencial.
Desde luego el impresentable Ban ki-Moon - con cariño los mass media lo llaman Ban- justificó la agresión diciendo que los ataques responden a su orden de tomar “todas las medidas necesarias para impedir el uso de armas pesadas contra la población civil, con el apoyo de las fuerzas francesas” y mintió descaradamente al afirmar que bombardearon el palacio presidencial porque las fuerzas leales a Gbagbo “han puesto en la mira el cuartel general de la ONU en Costa de Marfil en el hotel Sebroko, con francotiradores que usan armas de gran calibre, morteros y lanzagranadas” (Véase “Ban ki-Moon defendió bombardeos en Costa de Marfil”, 4 de abril de 2010, ANSA http://bit.ly/ePtv5S).
La mejor definición de lo que está ocurriendo en Costa de Marfil, hasta el momento, la hizo Toussaint Aalain, condejero del presidente Gbagbo, al decir que las fuerzas francesas “actúan como un ejército de ocupación fuera de todo mandato de la ONU, ya que el mandato no da autoridad para ocupar el aeropuerto de un Estado soberano” ni mucho menos derrocar al presidente de ese Estado (Véase “Francia envía más tropas a Costa de Marfil y toma el control del aeropuerto de Abiyán", 4 de abril de 2011, La Jornada http://bit.ly/fhxvid).
Es casi seguro que el Gobierno de Costa de Marfil será derrocado, que los imperialistas y quizá hasta la “izquierda” superrevolucioanria aplaudan el hecho.
Lo que está ocurriendo en Libia y en Costa de Marfil debe alertar a los gobiernos nacionalistas burgueses de América Latina (Venezuela, Bolivia Ecuador y Nicaragua), porque de lo contrario correrán la misma suerte.
1 comentario
Ernesto -
Cuanto hijoputa, y cuanto cabrón tipo insurgente.