No hay indignación entre quienes no apostamos por la democracia burguesa
Tomado del blog jmalvarez
Por JM Álvarez
"Las acciones de una minoría de irresponsables ante el Parlament de Catalunya, la institución democrática que representa a nuestro pueblo, nos guste o no, han sido una muestra de profunda de indignidad e insensatez política. Atacar a personas indefensas, sean políticos, indignados, banqueros o trabajadores (...), ni es aceptable, ni comprensible, ni se puede defender” (Manel Márquez, Kaos en la Red)
Ni es aceptable, ni comprensible, ni se puede defender... ejemplo de ni-ni elevado al cubo. El “ataque” consistió en denostar, arrojar pintura o huevos y algún que otro empujón, contra politiqueros corruptos porque el sistema es intrínsicamente corrupto Olvidamos, con asombrosa facilidad que las “instituciones democráticas” generaron la guerra sucia y el terrorismo de Estado, y sus autores se pasean por la calle, incluso dan conferencias.
Políticos y banqueros son los generadores de la violencia del Estado, la cual es empleada todos los días y a todas horas, vía policial o arrojando a los trabajadores a la exclusión social. Y lo hacen para prolongar la agonía de un sistema caduco, en absoluto moderno como dicen, sino que ha tenido que degenerar a sus orígenes cavernícolas para enfrentar la crisis final del capitalismo.
Estas acciones son consecuencia de la desesperación de los que no tienen nada y responden a esa violencia del Estado arriba citada; por tanto tienen toda la legitimidad del mundo, es aceptable, comprensible, y desde aquí no la criticamos porque no somos Ghandi, ni falta que nos hace.
Bajo una perspectiva de clase, ni el Parlament de Catalunya ni el Parlamento español, son instituciones democráticas, representan a una minoría elitista y sus parlamentarios gestionan los intereses de esa minoría, voten diez o quince millones de personas enajenadas, despolitizadas por los medios oficialistas a los que se une, de nuevo de manera lamentable, ese portal.
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