Blogia
Ah nO jOdAs!

Libia: de reconocimientos, fracasos y profunda tristeza

Fernando Casares

Rompiendo Muros defiende y seguirá defendiendo sin condiciones de ningún tipo y de manera completamente independiente la causa de liberación del pueblo palestino. Al mismo tiempo seguiremos siendo y seremos antisionistas  por sobre todas las cosas. Creemos que ésta es una lucha por la dignidad, por la justicia, por la liberación de los pueblos y por la Humanidad toda. Creemos y seguiremos creyendo que en ella se concentran y están atravesadas todas las luchas populares, todas las ansias de liberación, todos los deseos de justicia y no representa solo al pueblo palestino, sino a todos los pueblos. El sionismo, está más que de demostrado, es un flagelo de dimensiones mundiales que se hace visible, crudo y rotundo en Palestina, e invisible, sutil y profundo en el resto del planeta. Pero esto jamás nos impedirá tener el derecho a dar nuestra opinión con fundamento independientemente de las opiniones y posiciones de las organizaciones políticas y no gubernamentales alrededor de la causa palestina.
La cuestión Libia no solo ha divido profundamente a la izquierda mundial, acaso más de lo que estaba hasta el momento. Si el paradigma político de la anterior administración Bush se mostraba bruto, nítido y como consecuencia parecía estar construyendo un horizonte interesante en la reorganización y unión de la izquierda global, el paradigma político de la administración Obama hace añicos ese horizonte y nos deja ante un panorama repleto de miseria intelectual e hipocresía, a veces en aras de tácticas y estrategias políticas de supuesta "no división del frente". La cuestión Libia demuestra de manera implacable ese horizonte y panorama y sienta un precedente histórico-legal y un nuevo proceso de colonización en donde las potencias imperial-sionistas pretenden escribir la historia de los movimientos de liberación de los pueblos con mentiras, manipulación, simulacros, supuestos revolucionarios y mucha, mucha sangre.
La falta rotunda de movilizaciones en contra de esta agresión asesina de la OTAN (masacrando al pueblo libio y destruyendo al país africano con mayor Índice de Desarrollo Humano) en contubernio con los llamados Rebeldes de Benghazi (buena parte de ellos entrenados en Afganistán por los Talibanes y la CIA como publicamos en nuestro último artículo) en la inmensa mayoría de los países occidentales, es una prueba palmaria de cómo los medios de comunicación corporativos y la izquierda funcional han batallado en esta tragedia y destrucción de un país soberano y su pueblo, por activa o por pasiva. 
Su odio y animadversión a la figura de Gadafi, con mayor o menor razón (cuando no analfabetismo integral sobre las realidades sociológicas y políticas en Libia y en el Magreb en general) les ha cegado de tal forma, que olvidaron en ello lo más importante: el pueblo libio. Colocándose discursivamente, sin embargo, contra la agresión de la OTAN, han sido incapaces de ver con claridad que una situación de semejante magnitud ponía en evidencia (y repetidas pruebas) el estrecho contubernio entre esa organización del terror y los supuestos revolucionarios Rebeldes de Benghazi, y llamaba a gritos a la defensa del pueblo libio pinzado por estas dos facciones. Las discusiones sobre Gadafi, de esta forma, eran absolutamente improcedentes y secundarias. De hecho, en medio de los bombas, resultaban y resultan obscenas.
De esta forma pasaron a ser discursos de nivelación y equidistancia, que en el peor de los colmos se vio ratificado en los diferentes Parlamentos europeos con absoluta unanimidad (izquierda y derecha) a favor de la intervención (salvo muy pocas y honrosas excepciones). Discursos que recuerdan a los sostenidos por la cantante israelí Noa, que en medio de la masacre al pueblo de la Franja de Gaza por parte de la entidad sionista a finales de 2008 y principios del 2009, no hacía más que hablar mal de Hamas y hacerlos responsables de esa situación. Asombroso resulta percatarse que muchos discursos de esta izquierda parecen haber sido escritos por la derecha más reaccionaria y tradicionalista a la hora de encontrar similitudes. Lo que muchos llamamos ya izquierda "ni ni": ni OTAN ni Gadafi.

Pero lo más triste y nauseabundo resulta ser cuando en medio del bombardeo genocida al pueblo libio, no hacen más que debatir sobre uno de los múltiples rostros de Gadafi, como si estuviesen obligados moralmente desde una amoral Occidente que no escatima en gastos a la hora de armar genocidios y guerras en otros rincones del mundo y pueblos con nuestros impuestos, como si esa posición salvara o representara al pueblo libio, cuando en última instancia no hace más que servir de escudo moral a la derecha más reaccionaria representada en la OTAN. En esos momentos, uno se da cuenta de la indigencia intelectual de esa izquierda europea que hace rato parece haber perdido el norte (o mejor el sur, que en el norte habitan y muy cómodamente, además de imprimir camisetas de auténticos revolucionarios de los que no han aprendido nada). Bajo las bombas asesinas, se dedican a debatir sobre Gadafi y la cuadratura del círculo. Vergüenza es poco.
Como han sido incapaces de ver que, inmediatamente después de la intervención imperialista, la inmensa mayoría del pueblo se dispuso a defender Libia. Como han sido incapaces de ver también, la estrecha relación entre el CNT y sus Rebeldes con facciones ultra reaccionarias del sionismo representado por el inefable Bernard Henri Levy. Como han sido incapaces de ver cómo los Rebeldes han cometido y cometen aún auténticos crímenes de lesa humanidad, racismo y limpieza étnica contra los libios negros y trabajadores de países limítrofes que vivían en Libia.

Rebeldes libios. Al fondo cartel con Sarkozi y bandera francesa.
Arriba a la derecha, bandera británica

¿Pero sólo es esta izquierda la incapaz?
Lamentable y tristemente debemos reconocer que también sucede lo mismo en buena parte del mundo árabe y musulmán, y en varias organizaciones que defienden la causa palestina y son antisionistas. Lo que nos deja en la situación de encontrarnos cada día más solos gritando en el desierto.
Desde los chiíes persas iraníes, que no solo han reconocido al CNT y los Rebeldes, diciendo al mismo tiempo que intenten rechazar las injerencias extranjeras en el nuevo gobierno democrático (vaya curso acelerado de ingenuidad política, cuando no cinismo puro y duro) sino que hace pocas horas el propio presidente de Irán reconoció las demandas de los manifestantes en Siria, dando así muestras de que Irán persigue una agenda política propia que es capaz de pasar por encima de acuerdos, amistades y no conocer la palabra "lealtad". Poco confiable. 
De Turquía nada nos sorprende, desde luego, sobre todo siendo miembro de la OTAN y teniendo una estrecha relación con la entidad sionista (que ya está casi reestablecida a través de su Ministro de Relaciones Exteriores, Ahmet Davutoglu, tan amigo de Ehud Barak y quien intentó por todos medios evitar que salga cualquier flotilla a Gaza después del asalto y asesinato en al Mavi Mármara en 2010). Y por supuesto su posición oficial con respecto a Siria en claro apoyo a la oposición. Tanto que en la propia Estambul ya se ha organizado el CNT estilo libio, pero sirio.
Hasta la propia organización libanesa Hezbollá, no solo reconoció al CNT y los Rebeldes, sino que felicitó la "revolución" del pueblo libio, dando así cuenta de que persiguen también su propia agenda política capaz de saltarse cualquier cosa, aunque el pueblo libio sea masacrado por las potencias occidentales en alianza con estos Rebeldes talibanes, y aunque detrás de ello esté el sionismo. 
Todo esto deja a Damasco verdaderamente aislada en la zona, lo mismo que a Argel en el Magreb. 
Pero aún lo que más sorprende es que buena parte de las organizaciones políticas palestinas reconozcan al CNT como representante legítimo del pueblo libio y saluden su revolución, lo que nos deja ante la evidencia de que buena parte del pueblo palestino también lo hace siendo que son consecuentes y representados por sus propias organizaciones. Desde la Autoridad Nacional Palestina, a través de Abbas, pasando por la OLP y el mismísimo gobierno en Gaza liderado por Hamas. Y lo que para muchos sorprende aún más es la ambigüedad y silencio ante la masacre al pueblo libio de organizaciones populares y marxistas como el Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP) o el reconocimiento de los Rebeldes contra la "dictadura fascista" del propio Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP).

Rebelde libio con bandera italiana

¿Qué nos queda?

Nos queda la defensa de la noble causa palestina, sin pretensiones de intentar ser más palestino que los propios palestinos. Aceptando las propias y ajenas contradicciones. Respetando lo que el pueblo palestino crea conveniente.

Nos queda la denuncia del sionismo y sus múltiples tentáculos alrededor del mundo con el objeto de fragmentarlo para así controlarlo mejor, ya sea a través de sus bombas y/o bandas de islamistas armados como en el caso libio, así se vistan con pañuelos palestinos o digan defender la causa. Ya sea a través de oscuros y discretos acuerdos con supuestos Estados que defienden la causa.

Nos queda la denuncia de la doble cara, la doble moral, la hipocresía, el cinismo y/o las "tácticas y estrategias políticas" miserables con el objeto de "no dividir frentes", como si los mismos alguna vez hubiesen estado unidos, mirando hacia otro lado cuando se trata de otros pueblos. Defendiendo lo indefendible.

Nos queda la denuncia de la impostura, del despropósito, de lo injustificable, de la ignominia y del asesinato en cualquiera de sus variantes (militar, política, económica) del imperialismo y el sionismo, dos caras de una misma moneda.

Nos queda la defensa de nuestro derecho a disentir, a opinar, a nuestra libertad de expresión.

Nos queda la palabra.

Rebelde libio con bandera norteamericana

0 comentarios